Con vistas directas al mar, el edificio se compone de volúmenes ligeros conectados por patios y pasarelas. Los materiales naturales —madera, yeso blanco y vidrio— crean una atmósfera serena y luminosa. Los espacios interiores y exteriores se funden en un recorrido continuo donde la luz, el sonido y el paisaje se integran como parte esencial de la experiencia arquitectónica.